Maricel ingresó en 2023 a estudiar Técnico de Nivel Superior en Educación de Párvulos en Ceduc UCN. Hoy con 53 años y cursando su quinto semestre, ya completó su práctica profesional en el Jardín Infantil Patricio Lynch de JUNJI. Para ella, este proceso ha sido una etapa desafiante y enriquecedora: “Mi práctica ha sido muy valiosa, porque en este tipo de institución se tiene la oportunidad de aplicar contenidos en todas las áreas. Desde el primer día me dijeron que era un trabajo fuerte, con una rutina marcada, y ese fue mi gran desafío: trabajar mis cinco horas sin parar”.
El paso por Ceduc UCN sede Hualpén le ha permitido desenvolverse con seguridad en el aula. “Todo lo aprendido en el centro de estudios lo he podido llevar a la práctica: desde planificar y desarrollar actividades hasta apoyar el trabajo diario con los niños y niñas. Eso me ha dado confianza para enfrentar el mundo real de la sala”, destaca. Durante este proceso, el acompañamiento de sus docentes ha sido fundamental. “Siempre en contacto por correo, las profesoras me han orientado en mis dudas y la retroalimentación ha sido muy gratificante”, afirma.
Su práctica en JUNJI le ha reafirmado que eligió la profesión correcta. “Como mujer adulta tengo casa y familia, y a veces es difícil llegar a cumplir con todo el trabajo, pero aprendí que mis alumnos me entregan amor y cariño, y eso es muy gratificante. Por eso, a mi edad elegí esta profesión para dar un giro a mi vida”, afirma la futura técnico profesional.
Durante este periodo pudo evidenciar la importancia del trabajo con los niños y sus avances. “Llegué a un curso grande de 21 niños, entre 2 y 3 años, donde se trabaja arduamente en las rutinas día tras día. Hoy ellos comen solos, duermen, son muy educados, escuchan las instrucciones y realizan las actividades de manera autónoma”, destaca la futura profesional. Entre risas recuerda una de sus anécdotas favoritas: “Una niña me dijo que le dolía la mano y yo le canté ‘sana, sana’. Al terminar me respondió que en realidad era la otra mano, y todos nos reímos muchísimo”.
Con convicción, Maricel asegura que eligió bien su camino: “En sede Hualpén encontré profesionales con valores, respeto y amor, que nos enseñan a trabajar nuestras emociones, algo tan importante hoy en día. Eso mismo trato de transmitir en la sala: preguntarles a los niños cómo pasaron la noche, cómo se sienten, y también acompañar a las técnicas y educadoras. Esa forma de relacionarnos la aprendí en Ceduc UCN y me marcó profundamente”.